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Categoría: inteligencia-emocional

pd) te vas a alegrar

Que te voy a contar sobre las angustias y preocupaciones que conlleva el exceso de perfeccionismo. Las dificultades de repasar una y otra vez situaciones y conversaciones, el no estar nunca satisfecha con los resultados, la organización excesiva y atención a cada detalle, la frustración y la culpa cuando las cosas no salen bien, los pensamientos repetitivos que te invaden una y otra vez, las expectativas de perfección previas a cada situación, los despertares nocturnos recordando temas pendientes, la angustia si cometes cualquier fallo del tamaño que sea, la pereza nivel dios de tener que socializar, el repaso extremo de cada palabra que publicas en redes sociales, no verte bien jamás en ninguna foto, enfadarte o sentirte mal cuando cambian los planes, verte incapaz de disfrutar en algunas situaciones por tonterías, sufrir demasiado por injusticias ajenas que no puedes evitar, que te afecte mucho la forma de comportarse de otras personas que no te parecen correctas, ser estricta en todo como por ejemplo con los horarios y con las comidas, hacer las cosas cuanto antes para poder quitártelas de la cabeza o bien posponerlas demasiado por no saber que decisión será la más acertada, la sensación de que das mucho y recibes poco en tus relaciones personales, hacerte responsable de todo lo que ocurre en tu entorno tratando de dar soluciones constantemente, darle mucha importancia al orden en tu casa, en tu armario, en tu trabajo, volver a colocar ese cuadro que se tuerce infinitas veces cada día, etc

Puede que ya te estén llegando a la cabeza situaciones en las que te has sentido así, posiblemente si el perfeccionismo es un rasgo característico tuyo ya te habrás dado cuenta de que en bastantes ocasiones te perjudica a nivel personal y a nivel social. A los demás les cuesta vivir contigo, con tu rigidez y con tu nivel de exigencia. Tu sientes que nadie te entiende, ni te apoya y te cuesta muchísimo tener que renunciar cada día a que las cosas estén a tu gusto (da igual que sean los cojines del sofá, la pasta de dientes con el tubo retorcido o la incertidumbre en la programación de un viaje)

Cuando veas que te supone un problema grave que te impide hacer tu vida con normalidad o te provoca ansiedad y/o tristeza lo mejor es acudir a un profesional para que te ayude.

Buscar información en artículos o libros puede ser un buen primer paso para averiguar más sobre este tema, si ves que te afecta o afecta a personas que tienes cerquita.

Las 6 pautas que os voy a contar también os pueden servir para comenzar a pensar sobre el asunto y son cosas que he aprendido estudiando y sobre todo aplicándomelas a mi misma:

  1. 1. Revisemos nuestras metas y expectativas, que sean realistas, que sean alcanzables, que no nos lleven al límite de nuestras capacidades (porque no debemos olvidar que a veces no podemos con todo y no pasa nada). Planificar sí, pero incluyendo un cierto margen de flexibilidad, la rigidez nos perjudica.

  2. 2. Incorpora a tu día a día técnicas de respiración, meditación, relajación, como por ejemplo la respiración 4-7-8 (inspirar durante 4 segundos, retener la respiración durante 7 segundos y exhalar durante 8 segundos), la música a 432 Hz o a 328 Hz (hay mucha en spotify yo paso casi todas las horas de oficina escuchándola), caminar para desfogar y soltar la tensión que se acumula en nuestro cuerpo, buscar momentos de silencio y poca luz que aunque sean breves nos limpian un poco la cabeza, practicar pilates o yoga, etc

  3. 3. Mejora tu diálogo interior, habla contigo como le hablarías a tu amor verdadero, no te regañes por todo, cambia los debería por me gustaría o por querría, crea tus propios mantras “todo está bien” y aplica herramientas para cortar los pensamientos repetitivos o rumiantes.

  4. 4. Relativiza los errores y el miedo a cometerlos.

    Si ya has cometido el error hazlo de forma racional considerando su impacto real en coste, tiempo o importancia respecto a la vida o su repercusión a largo plazo.

    Cuando te preocupa cometer errores además de medir su impacto real puedes plantearte que es lo peor que te podría pasar si fallaras en términos humorísticos.

    Cuando un día algo haya salido mal párate y busca también las cosas que han salido bien ese día, si tu cabeza te recuerda el fallo tu le recuerdas los aciertos… (esta técnica se llama boli verde por si quieres saber más)

  5. 5. Reflexiona acerca del origen de tu perfeccionismo, averigua a quien quieres satisfacer, piensa si estas buscando aprobación, encajar o que te quieran y valoren en cosas que no tienen importancia y que te están pasando factura en nervios, peor sueño, malos modales, negatividad, perdida de ilusiones, frustración, cansancio, etc. Piensa si has sido así siempre o hubo un momento claro en el que comenzaste a ser tan “intenso/a”, como te recuerdas de pequeño/a.

    Quizás hay una necesidad de control excesivo en tu deseo de perfección, y esto es difícil de mantener en este mundo rápido, individualista y cambiante sobre todo en las situaciones que no dependen de ti, como pueden ser las relaciones con los demás o el propio funcionamiento del mundo (las injusticias, la burocracia, la agresividad, las prisas, la indiferencia)

  6. 6. Abandona los pensamientos de todo o nada, la mayoría de las cosas (y de las personas) no son ni perfectas ni horripilantes, el día no tiene porqué ser ni el mejor ni el peor de tu vida, hay cosas que se cumplen en un porcentaje, es mejor hacer algo que no hacer nada, algo empezado ya tiene su parte de valor y cada paso cuenta.

    Esto se puede aplicar a casi todo, al día que una comida no es sana (no es lo habitual y no pasa nada), a la quedada a la que llegas tarde (llegas a tiempo el 99% de las veces ha sido una excepción), a ir solo una vez al gimnasio en vez de dos (has cumplido al 50% cada paso cuenta), al guiso que se quemó (ha sido uno entre mil así que mucha calma), cuando no has cumplido tus objetivos planificados (a veces no puedo con todo, descansaré y volveré a empezar), algo que no se hizo a tiempo o que se te olvidó (el mejor momento para hacerlo ya pasó pero sin duda este es el segundo mejor momento para hacerlo)

Si todo esto ha resonado contigo y te has sentido identificado/a estás de enhorabuena, has dado el primer paso que es tomar conciencia de estas situaciones, ahora puedes observarte y aplicar estas pautas y otras muchas que encontrarás si buscas. Te diré para facilitar esa búsqueda que a las personas que sufren este rasgo en psicología se les llama perfeccionistas y en psiquiatría anancásticos.

Ahora que estás terminando de leer este artículo te aseguro que es el mejor momento para empezar a cambiar lo que te hace sufrir, poco a poco, practicando, insistiendo, dando un pasito adelante y otros hacia atrás, sin prisa pero sin pausa.

Hazlo.

Pd) te vas a alegrar

 

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